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¡Buen camino, peregrinos! Ruta Jacobea 2025

Cada verano, los pasos de decenas de jóvenes y adultos vuelven a trazar una de las rutas más antiguas de búsqueda y encuentro espiritual: el Camino de Santiago. En su 38ª edición, la Ruta Jacobea Idente se pone en marcha con mochilas cargadas de inquietudes, esperanza, silencios y preguntas. Y como cada año, quien no camina con los pies, acompaña con el alma.

Desde Roma, ciudad espejo de Compostela y de Jerusalén, el p. Luis Casasús, presidente del Instituto Id, ha querido enviar unas palabras a los peregrinos antes de que comiencen esta travesía compartida. Publicamos aquí su mensaje.

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Queridos peregrinos identes del Camino de Santiago:

Amigos y amigas caminantes, estoy feliz de enviar a cada uno y a esa verdadera familia peregrina, un abrazo lleno de emoción desde Roma, ciudad hermana de Santiago y de la Tierra Santa, por ser los tres lugares más venerados por los peregrinos y donde se han producido muchas conversiones tanto públicas como secretas.

Especialmente este Año Jubilar, los peregrinos comienzan a llegar a esta Ciudad Eterna y eso nos hace sentirnos aún más unidos a ustedes en esa Ruta que inician ahora.

Nuestro Fundador, Fernando Rielo, quiso que descubriésemos en cada lugar, en cada punto del espacio, una forma diferente de la presencia de Dios. Todo lugar es un templo de su presencia. En realidad, esto es una intuición viva en todas las religiones, en las cuales hay lugares sagrados, en donde puede experimentarse el encuentro con lo divino más intensamente de lo que sucede habitualmente en nuestro ambiente cotidiano o en la inmensidad del cosmos. Eso da sentido a las peregrinaciones.

Por eso, nuestro corazón tiene el mismo sentimiento que cantaban los Salmos: ¡Qué alegría cuando me dijeron: “vamos a la casa del Señor”! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

Es importante el hecho de que cada uno de ustedes viene de un ambiente diferente, con una historia muy distinta, pero el Camino de Santiago ya ha sido lugar sagrado de un primer milagro al reunirlos a todos.

Cuando termine el Camino, sentirán la realidad de unos lazos, de un vínculo que es más que un bello recuerdo; la Providencia habrá construido una familia para la eternidad, para compartir lo más profundo de sus vidas.

El apóstol Santiago es modelo de los peregrinos, pues no ahorró esfuerzos en su anuncio del Evangelio y se expuso a peligros de todo tipo. Pero estaba seguro de la respuesta de Dios y efectivamente, esas tribus austeras y belicosas que encontró, fueron aceptando la Buena nueva contra todo pronóstico. Además, siguiendo el ejemplo de Cristo, para dar testimonio de cómo caminar juntos, reunió a siete sacrificados colaboradores, llamados Varones Apostólicos y sobre todo a sus dos santos ayudantes, Teodoro y Atanasio.

El Espíritu Santo nos hablará de forma imprevisible, porque es libre como el viento, pero seguro que no faltará su luz para iluminar con nueva claridad dos realidades que nunca faltan en la vida de todo ser humano: nuestro dolor y nuestros sueños. Tal vez por eso Fernando Rielo nos dice: Tu conversación con Dios no es que hables, sino que sueñes(Transfiguraciones).

A veces olvidamos que Dios Padre es el primero que sueña con nosotros, como dice el profeta Jeremías: Yo sé los planes que tengo para ustedes… planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.

Y también nos cuesta creer que el dolor encierra siempre vida y frutos abundantes: Si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto (Jn 12: 24).

Al final del Camino, la forma de ver nuestro dolor y nuestros sueños será diferente, llena de sentido y de esperanza. Como dice un refrán popular, Dios escribe derecho en renglones torcidos.

Gracias a quienes han preparado con esmero esta Ruta; gracias anticipadas a quienes les van a acoger y ayudar en el Camino. Gracias también a los millones de almas que han dejado su huella de amor y esfuerzo en estas sendas. Sobre todo, gracias a Nuestra Madre María, que ayudó personalmente al Apóstol Santiago y también pondrá en el corazón de cada uno la paz para escuchar la Palabra de Dios en el silencio, en la Eucaristía y en los momentos compartidos.

Cada día, pero en especial en el momento de gozo ante el Apóstol, supliquen por las personas que sufren y sueñan, por todos aquellos que les han hecho bien y por los que no son capaces de cambiar.

A él pedimos y a nuestro padre Fundador, que nos ayuden a llegar ante la presencia de los Sagrados Corazones de Jesús, María y José.

¡ Buen Camino a todos ¡

p. Luis CASASUS

Presidente de las misioneras y los misioneros identes