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Colombia

“¡Es ahora, jóvenes, no mañana!”. Motus Christi en Colombia

By 30 septiembre, 2018No Comments
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“Visitar tu alma y descubrir el gran tesoro escondido”,esta fue la invitación que grandes y jóvenes acogieron en sus corazones y participaron a los Motus Christi realizados en Bogotá los días 15-16 y 21-22-23 de septiembre respectivamente. Todos los que participaron eran de diferentes lugares y distintos, distintos por sus raíces, unos de la Guajira, otros de Bogotá, otros de Pasto, algunos de países diferentes, pero todos compartiendo una misma vida, la de Cristo; Misioneros colombianos que se han radicado en Italia y Ecuador, viajaron a Bogotá para compartir generosamente su vida espiritual, la que se reflejó en sus sonrisas.

Estamos llamados a algo muy grande y para alcanzar este “algo” lo primero es descolocarnos, enfatizaban, porque de lo contrario Dios rebotará, una invitación rigurosa a dejar nuestros prejuicios, a dejar de resistirnos pensando que Dios tiene que aceptar que soy así, planteándonos una nueva primicia “puedo ser algo más”.

Con gran ahínco se recordaban las palabras del Presidente de la Institución: “es ahora Jóvenes, no mañana”; la conversión que necesita el mundo es ahora.

Se nos invitó a olvidarnos que el llamado es mi vecino, mi madre o mi padre y a pensar que Dios me llama por mi nombre para emprender un nuevo camino y este camino tiene un testamento para leer y es el evangelio, el cual me lleva a un viaje directo al cielo; no hay otro camino que seguir a Jesús.

Nos recordaron que debemos navegar en la vida de Cristo, coger el evangelio, para que el primer chat que tengamos sea con Cristo,  y este Hermano maravilloso nos dirá: yo voy contigo, pero ¿tú quieres? – esto es lo más bello-  siempre será una propuesta; si queremos Jesús nos ayudará, pero cuidado!, para que Jesús pueda ayudarnos, debemos entregarlo Todo, entregar Toda nuestra vida, pidamos ayuda para que verdaderamente lo entendamos y hagamos uso de las herramientas para esta batalla: a)la oración, b)el evangelio y c)la eucaristía.

Se percibió mucha apertura en los dos grupos, muchos deseos de aprender y crecer espiritualmente, lo que llevó a crear un ambiente de entrañable convivencia, familiaridad y confianza de unos con otros, sobre todo el gran deseo de hacer vida la llamada de Cristo a  ser santos.