La pandemia, un tiempo difícil pero a la vez bendecido, nos ha regalado nuevas posibilidades apostólicas identes en todo el mundo, gracias la comunicación online. En Filipinas, Cristo nos ha dado la oportunidad de llegar a las personas a través de los Motus Christi locales y nacionales desde el mes de mayo. Este trabajo apostólico -como nos enseña nuestro amado padre Fundador-, tiene una sola esencia: “dar testimonio del Padre”.
A través de las charlas impartidas por Mª del Carmen García Viyuela y por el Padre Luis Casasús, Superiores Generales de los Misioneras y Misioneros Identes respectivamente, sobre el PADRE NUESTRO, niños, jóvenes y adultos de Manila y de otras regiones de Filipinas están creciendo en su relación con Dios y descubriendo Su presencia amorosa y cercana en sus vidas.
Mª del Carmen, en una charla sobre ¿Cuál es el significado de mi vida? nos exhortaba a que vivamos abiertos al infinito porque en esa apertura recibimos el significado de lo que estamos buscando. Y añadía que no estamos hechos para estar aislados de los demás porque somos seres en comunicación del uno con el otro.
Una de las jóvenes expresó “A través de todo este compartir recibí una nueva luz y una nueva impresión de nuestro Padre Celestial. Estoy más decidida a acercarme e interactuar con los demás, teniendo presente que Dios nos creó. De esta forma, no subestimaré a nadie, voy a interactuar y a construir auténticas relaciones por amor, el amor de Dios. A través de este acto concreto, podré vivir una vida de santidad”.
También en otra de las charlas, impartida por el P. Luis sobre la voluntad del PADRE, expresaba que Él manifiesta Su voluntad grabándolo en nuestro corazón o a través del Espíritu Santo que nos recuerda esto de muchas formas y que Cristo nos da un vivo ejemplo de cómo hacerlo realidad. “A veces no podemos escuchar al Padre no porque El no quiere hablar con nosotros sino porque nosotros queremos hacer nuestra propia voluntad” reconocía otra participante.
Compartimos aquí otras frases dichas por varios asistentes en su toque carismático o en su testimonio personal:
“El cumplimiento de la obra de Dios no es solamente con el esfuerzo, las palabras o el trabajo que yo haga sino también con mi disposición a colaborar y obedecer SU voluntad”. Charmie (miembro de Familia Idente)
“Estoy muy feliz de ser guiada por las misioneras identes; mis ojos se han abierto para descubrir que el propósito de nuestra vida es la santidad”. Mariel (miembro de Familia Idente).
“Elige siempre a Cristo hasta que se haga un hábito en ti. Eso es la santidad”. Iris (joven en comunidad de probación).
“Ahora entiendo que las personas más inteligentes son aquellas que nunca hablan de sí mismas. Se trata de la gloria de nuestro Padre Celeste en mi vida. Esta vida de perfección no es acerca de los logros o los éxitos sino de hacer la voluntad del Padre”. Valerie (miembro profesa de Vida Común).
“Cuando llegó el momento, nuestro Padre Celestial se reveló a mí a través de los Misioneros Identes. Ellos me ayudaron a cambiar mi forma de comprender las cosas y encontré el amor del PADRE, Su amor infinito e incondicional. Él me creó por amor y me infundió Su espíritu para que pueda unirme a Su amor eterno. Siento que soy muy especial para Él”. Carla (miembro de Familia Idente).
Estos testimonios son muestras de nuestra inmensa gratitud a las Personas Divinas, que con la intercesión de nuestro amado Padre Fundador, nos están ayudando a descubrir como San Pablo: “No soy yo. Es Cristo quien vive en mí” y a hacer de nuestra vida, una vida de oración, a la manera distintiva de Fernando Rielo, donde la sustancia de nuestro apostolado sea siempre el cumplimiento de sus palabras y sus deseos: “El Padre Celestial que quiere ser querido, que debe ser querido, del que todo lo que hay que enseñar es que sea querido”.