El domingo 16 de abril, dos adolescentes y tres niños recibieron su primera comunión en la parroquia de Tsukuba (diócesis de Saitama, próxima a Tokio). Estos niños y jóvenes, miembros de familias hispanohablantes, se han preparado durante meses para recibir este sacramento con su catequista Marisa Tsuchida, misionera de Tokio.
La misa se celebró en un ambiente muy entrañable y alegre, donde participaron los padres, familiares y miembros de la comunidad. El sacerdote, p. Juan Haidar, insistió en su homilía en que Jesús es el mejor amigo que se puede tener, y que hay que cuidar esa amistad. Seguidamente tuvo lugar una fiesta en casa de una de las familias, en la que se compartió deliciosa comida peruana y canciones interpretadas por los niños y su catequista.
Es necesario destacar la importancia de la celebración de los sacramentos como signo de la presencia de Cristo en una sociedad como la japonesa donde el número de católicos es tan escaso. Los padres son, sin duda, instrumentos de Dios para la transmisión de la fe; y las misioneras idente colaboramos con ellos en esta bella labor.