El 29 de junio fue el día en que México se vistió de gala para el gran festejo del 60 aniversario de la Institución y el 25 de la llegada de las misioneras Identes a esta gran ciudad azteca.
Iniciamos como en algún momento dijo nuestro padre Fundador a Isabel Royo y a Belén Castaño: “cuando lleguen a México, lo primero que hay que hacer es poner nuestra amada fundación a los pies de María”. Por lo que 25 años después, nosotros, junto con unos 150 amigos de la familia Idente, pusimos ese mismo signo en la misa de celebración. Esta fue presidida por nuestro hermano Everardo Bermúdez, poblano, junto con el jesuita P. Carlos Escandón, del cual estamos muy agradecidas porque siempre ha apoyado a nuestra Institución y, de modo especial, y la permanencia nuestra en la Universidad Iberoamericana de Puebla.
En las ofrendas se pusieron a los pies del Padre Celestial varios símbolos de nuestra actividades apostólica para que las siga bendiciendo y para que quedara patente que todo era para mayor gloria de Él.
Más tarde y en el mismo recinto de la “casa de la cristiandad” tuvimos una rica comida en la que se notaba un cariño especial y una alegría por todos los asistentes. Lo más hermoso es que durante todo el día se percibió un ambiente de gran fraternidad y unidad entre todos los que estuvieron presentes.
Ya por la tarde, después de la comida, se proyectó un video de una de las personas más importantes para la fundación de México, que ha dejado una huella imborrable en todos los que la conocieron y un ejemplo de cómo se puede vivir la santidad en todos los ámbitos de la vida. Fue el video de nuestra querida y recordada hermana Isabel Royo, fallecida el 11 de junio de 2017.
El brindis lo hizo nuestra hermana Belén Castaño, superiora provincial y también una de las fundadoras de nuestra comunidad idente de México. Unas hermosas palabras que emocionaron a todos, instándonos a trabajar por la expansión del reino del Padre Celestial.
No podía faltar el estético y hermoso ateneo en el que nuestros hermanos Liliana Sánchez y Juan Carlos Reyes fueron los presentadores. Así, intercalando poemas de nuestro padre Fundador entre número y número, se sucedieron cantos, bailes, teatro y danzas de una exquisita calidad estética. Fue el broche de oro en el que aprovechamos para dar a todos las gracias por su presencia no sólo en el festejo sino en la vida de la provincia mexicana.