Es conmovedor ver el fervor con el que católicos japoneses, africanos, americanos, asiáticos y europeos, recorren un largo camino para poder encontrar a Cristo en la Eucaristía, cada domingo en Tokio, Japón.
La parroquia de San Ignacio, administrada por los jesuitas, es la única parroquia en todo el Japón en donde cada semana hispanohablantes y japoneses pueden reunirse para celebrar la Eucaristía en español. Desde hace tiempo las misioneras Identes de Tokio colaboran en las actividades pastorales, y ahora lo hacen como ministraos extraordinariaos de la Eucaristía.
Hace unos años la encargada de la pastoral en español les pidió a las misioneras Identes de Tokio si, como servicio a la comunidad, podían colaborar también como ministros extraordinarios de la Eucaristía, a lo que, por supuesto, accedieron con grande alegría. Es un servicio muy bonito en el que el ministro es testigo de aquellos “santos de la puerta de al lado”, como ama decir Papa Francisco, que vienen de Tokio y sus alrededores movidos únicamente por el amor a Cristo.
