Si el pesebre viviente de San Pedro de Montmartre está un poco atrasado con respecto al tiempo litúrgico, ¡es por una buena causa! En efecto, esperábamos que los niños del catecismo volvieran de las vacaciones para prepararlos para este hermoso proyecto, que acogieron con entusiasmo. Y así, los recién bautizados del año 2019 pudieron maravillarse con la procesión angélica que veló a los muy jóvenes María y José (de 7 y 8 años respectivamente), ante los cuales Gaspar, Melchor y Baltasar, precedidos por la estrella (un pequeño niño de 4 años), entregaron sus preciosos regalos. El pequeño Jesús, por su parte, permaneció en yeso, una elección prudente en vista de la corta edad de los pequeños extras. Era delante del pesebre que los padres de los jóvenes bautizados recitaban en coro la hermosa oración de los pequeños, antes de ir a los salones parroquiales a tomar un aperitivo de amistad. En cuanto a los niños, los dulces de chocolate recompensaron su pequeña actuación, que seguro recordarán durante mucho tiempo.
