Taconic Retreat & Conference Center | Milan, NY
El lunes, 2 de julio, 56 jóvenes, con sueño y emoción, provenientes de Manhattan, del Ecuador, y de nuestras cuatro parroquias (San Lucas en Brentwood, N. Señora de Loreto en Hempstead, Santa María en el Bronx, y N. Señora de Consuelo en el Bronx, subieron al autobús para el viaje de tres horas. Su destino era el Taconic Retreat and Conference Center, al norte de la ciudad de Nueva York, donde comenzaron su campamento de 6 días. Después de deshacer el equipaje, los acampados participaron en el primer acto litúrgico del campamento: la izada de las banderas. La directora del campamento y presidente nacional de la Juventud Idente en Estados Unidos, Yerania Gálvez,misionera Idente, dio la bienvenida a los acampados, animándolos a vivir los ideales más altos durante esa semana al formar nuevas amistades, sirviendo a los demás, abriendo sus corazones a nuestro Padre Celestial que los ama, y en definitiva, creando un cielo en la tierra en este campamento. Les explicó el significado de las tres banderas y la importancia del círculo sagrada centrada en la bandera azul majestuosa, representando a nuestro Padre Celestial. Al son del himno de la Juventud Idente, izaron las banderas por primera vez dos jóvenes profesores, Marilyn Joanna Martínez and Uriel Velasco, jóvenes adultos de la Familia Idente. Cumplido este primer acto solemne del campamento, los profesores distribuyeron a los jóvenes en distintos grupos para los talleres, juegos para aprender a trabajar en equipo, y seminarios para el resto del campamento.
El tema del campamento era, “Doblado, pero no roto,” idea tomada del versículo 8 del capítulo 4 de la segunda carta a los Corintios. Tema oportuno para estos jóvenes dadas las múltiples dificultades con las que se tienen que enfrentar en casa, en sus vecindarios, y en la sociedad en general. Los seminarios y los talleres se centraban en este tema con el objetivo de ayudar a los jóvenes a tener esperanza en medio de sus dificultades, y a ver a su Padre Celeste como a Aquél que les ama incondicionalmente y jamás nos abandona. En el primer seminario nos enfocamos en las muchas dificultades que encuentran los jóvenes que los hacen sentirse “doblados”. Este seminario corrió a cargo de la profesora de JI, Kristallynn Leonard y el joven profesor Uriel Velasco, y Yerania Gálvez.
El segundo seminario, dado por las jóvenes profesoras Marilyn Martínez and Mariana Martínez y Pjeter Nilaj, misionero Idente, consistió en hablar de lo que significa sentirse doblado, qué es lo que ocurre en esas situaciones, y qué es lo que significa para nosotros, como hijos de un Padre Celestial. El último seminario lo dieron el joven profesor Joseph Mendoza, junto con Roland Pereira m. id. y Patricia Paz Camacho m. id. Este último seminario estaba enfocado en cómo nuestra relación con las Personas Divinas es la solución al hecho de sentirse doblado o sentirse roto, y sobre el hecho que nuestro Padre Celestial nos ama incondicionalmente, a pesar de todo lo que, de malo, hayamos podido hacer. Los tres seminarios fueron organizados por Pjeter y Yerania y la joven profesora Marilyn. Todos los seminarios incluyeron escenificaciones, diálogo, y testimonios conmovedores de nuestros jóvenes profesores. Junto con los talleres, formaron el fundamento para conversiones, esperanza fortalecida, y renovadas relaciones con las Personas Divinas.
Los talleres los organizaron n Roland y Patricia y el joven profesor Uriel. Se presentaron simultáneamente con los seminarios. En los talleres se les pidió a los acampados que analizaran el cuadro de Rembrandt del Hijo Pródigo, centrándose en el Padre misericordioso; que pintaran con acuarelas durante una sesión de musicoterapia, que usaran plastilina para expresar experiencias positivas y negativas; y que creasen collages de las presiones que nos presenta la sociedad y otros representando la libertad de dichas presiones. Todos los talleres se ajustaron a los dos grupos—de 12-14 años, y de 15-17 años.
Guiados por Patricia, Roland, y Jonathan, los juegos para desarrollar el trabajo en equipo ayudaron a crear un sentido de unidad en el campamento. Enriqueció la colaboración de todos los acampados y profesores. Levantaron los ánimos de los acampados, mientras éstos aprendieron a confiar los unos en los otros, y a trabajar juntos para ganar, sobre todo en las carreras de relevos. Todos los juegos eran atractivos, y diligentemente preparados por nuestros hermanos.
El Himno del Fuego ayudó a que los acampados compartiesen lo mejor de ellos mismos. Para algunos, fue la primera vez que cantaran o escribieron poesía. Expresaron la experiencia de libertad al saber que no estaban actuando, sino compartiendo lo que tenían. Pjeter y Mariana ayudaron a coordinar, organizar y liderar a los jóvenes en la preparación del Himno del Fuego. Con la ayuda de todos los profesores, los acampados eligieron lo que iban a compartir, y trabajaron con diligencia para cantar, bailar, escenificar, escribir poesía, o presentar las noticias del campamento. Todos los acampados tuvieron oportunidad de compartir lo mejor que tenían con los demás.
En el último día del campamento, los acampados se despidieron con dulce tristeza, con la esperanza de volverse a ver. La mayoría de ellos son miembros activos de la Juventud Idente, y asisten a las reuniones semanales en los locales de nuestras cuatro parroquias. Algunos ya sabían que se volverían a ver allí, otros prometieron empezar a asistir a las reuniones para poder continuar las nuevas amistades formadas en el campamento. Todos expresaron su gratitud por la hermosa oportunidad de experimentar un campamento de la Juventud Idente.