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La belleza de una fe vivida: Motus Christi y Ateneo en México

Hay experiencias que marcan por la fuerza de lo compartido y la huella que dejan en el corazón. Así sucedió en dos encuentros recientes de nuestra familia idente de Puebla/México: un Motus Christi con jóvenes y adultos, y el Ateneo por el aniversario del Instituto. Ambos dejaron en los participantes la misma certeza: Dios habla de mil maneras y siempre toca el alma.

En el Motus Christi, la reflexión giró en torno a la diligencia en la vida apostólica. Hubo testimonios que movieron profundamente: un joven narró cómo pasó de vivir centrado en la ciencia, con indiferencia hacia Dios, a abrirse a la fe gracias al testimonio de su hermano y de sus padres. Sus palabras despertaron la conciencia de la urgencia de transmitir el Evangelio con alegría y verdad. También se escuchó el conmovedor testimonio de Joaquín Moreno Sánchez, cuyo hijo con el mismo nombre es hoy misionero en Roma, quien confesó:
“Siempre se dice que los padres deben ser ejemplo para sus hijos, pero la realidad es que los hijos también nos dan grandes lecciones de vida. Mis dos hijos, ¿qué puedo decir?, siempre me han impulsado a querer ser mejor. Me llenó de orgullo escuchar lo que expresó, cómo Dios lo ha tocado y cómo nos ha tocado a nosotros como familia. Estoy muy emocionado y agradecido.”

El Ateneo, celebrado en la residencia de los hermanos, conmemoró el aniversario del Instituto con una velada de poesía, pintura, teatro y música. Unas cuarenta personas disfrutaron de la creatividad y el talento de los participantes, quienes ofrecieron su arte como expresión de fe y de búsqueda de lo eterno en lo humano. Uno de los asistentes expresó: “Me gustó mucho, sentí mucha paz con cada presentación.”