Skip to main content

Fallo del IX Premio internacional de música sacra “Fernando Rielo”

Print Friendly, PDF & Email

Se ha proclamado vencedor del IX Premio Internacional de Música Sacra Fernando Rielo el compositor italiano Matteo Magistrali con su obra Beati, seleccionada entre las 47 composiciones provenientes de Alemania, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Marruecos, México, Noruega, Reino Unido y Venezuela.

El acto del fallo tuvo lugar el pasado 13 de noviembre en la Parroquia San Miguel de los Santos de Madrid. Antes de la proclamación del ganador del premio, la Orquesta de Cámara QNK.ÓPERA, dirigida por el maestro Ignacio Yepes, interpretó por primera vez las cuatro obras finalistas:

Beati de Raffaele Esposito (Italia); Beati de Nicholas Gotch (Reino Unido); Beati de Matteo Magistrali (Italia);  y «… porque serán consolados» de Luis Meseguer Mira (España).

El galardón fue entregado por el presidente de la Fundación Fernando Rielo, p. Jesús Fernández Hernández, quien, tras felicitar al ganador y al resto de finalistas, recordó el espíritu que Fernando Rielo soñó para este premio: “el Premio Internacional de Música Sacra Fernando Rielo”, decía el p. Jesús, “quiere ir al fondo del corazón del hombre, donde toda música es el mismo hombre unido a Dios”

El jurado estuvo compuesto por Ignacio Yepes, compositor y director de orquesta; Alfredo Vicent, profesor del departamento de Música de la Universidad Autónoma de Madrid y concertista de guitarra; José Antonio Esteban Usano, compositor y profesor del Conservatorio Profesional de Música de Cuenca; y Mª Victoria Rullán Miquel, directora del Aula de Música de la Fundación Fernando Rielo. 

El Premio se celebra cada dos años, y está dotado con 5.000 euros. Está dirigido a compositores de cualquier país, sin límite de edad. El tema de esta IX convocatoria, en el que se han basado las composiciones, han sido dos bienaventuranzas: «bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados», y «bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5, 5.9).